martes, enero 4

El misionero, la única postura permitida.

Curiosidades, misterios y enigmas sobre la Iglesia Católica y el Vaticano


En la Edad Media, la postura del misionero era la única aceptada por la Iglesia Católica ya que, según ella, favorecía la procreación y estimulaba menos el placer que otras prácticas.

Esta postura sexual consiste en que la mujer se tumbe con la espalda de forma horizontal y con sus piernas dobladas, mientras que el hombre está encima.

El único fin del coito debía ser la descendencia, no el placer.