De todas formas, tiene -como todas las posturas-sus ventajas e inconvenientes. Entre sus cosas buenas, destaca el hecho de ser una postura muy natural, lo que la convierte en la mejor para las primeras veces y para una relación muy romántica.
Es perfecta para besarse y mirarse mientras a los ojos.
Pero claro, también tiene sus cosas menos positivas. Por ejemplo, que la mujer al quedarse debajo tiene menos capacidad de movimiento, y es el hombre quien controla el ritmo, la profundidad de la penetración…
Claro, que para muchas mujeres, es algo monótona, aunque esto puede cambiar, por ejemplo, elevando las piernas para rodear al hombre o colocando un cojín bajo la pelvis.