El consumo de alimentos mal manipulados y contaminados, sobre todo los que se venden en las calles o en lugares con poca higiene, pueden conllevar serios problemas de salud a quienes los consumen.
Estos males van desde enfermedades gastrointestinales, como la diarrea aguda, infecciones por parásitos y bacterias, vómitos, hepatitis A y úlceras, hasta males cardiovasculares y diabetes, fruto de la alta concentración de grasas y azúcares, así como artritis y reumatismo, por el consumo desmedido de carnes rojas.
Los más variados alimentos se venden en diferentes esquinas de la capital sin que sus vendedores cumplan con los requisitos mínimos que amerita la manipulación de comestibles, que incluyen el lavado constante de las manos, lugares higienizados, uso de cobertores de pelo, guantes, mascarillas y delantal.
Las dificultades que genera el hacer cumplir con esos requisitos son admitidas por el director de Salud Ambiental del Ministerio de Salud Pública, Luis Emilio Féliz Roa, quien reconoce que junto a los ayuntamientos se hacen esfuerzos encaminados a corregir ese mal, pero que se trata de personas ambulantes que tienen mucha movilidad.
